05 - 09 - 11

Es curioso como se siente uno el día de su cumpleaños. Vas por la calle creyendo que todo el mundo tiene la obligación de saber que es tú cumpleaños, que hoy deben tratarte de forma especial. Eres intocable.
Parece que uno se exige a sí mismo que, el día de su cumpleaños, debe salirle lo suficientemente bien como para que, al final del día, uno pueda acostarse con una sonrisa de oreja a oreja.

Tengo que ir espabilando, y hacer todas esas cosas que deseo hacer, qué se que tengo que hacer.
Tengo que empezar a plantearme que ya no soy una niña, que he crecido. Que tengo obligaciones y problemas que resolver.

Hoy me levanté con un año más de alegrías y penas, me diré a mí misma: “Es mi cumpleaños. Tengo un año más, el día de hoy tiene que salir perfecto de mi comienzo de mis 15 años.”