27.8.11

8. Lo suficientemente bipolar.


A veces los recuerdos surgen tan fuertes, que tengo que calmarme y pensar (darme cuenta) que ya todo pasó, que no soy más aquello de lo que escribo. Me extraña y atemoriza saber que quizás sí soy aquello, una versión desmejorada de lo que fui. Desmejorada, pienso yo; mejoradísima pensarán otros. Yo no lo sé, simplemente quise ver cosas de mi pasado y vinieron a tocarme puerta decenas de fantasmas olvidados, de haches colgadas de mis músculos, cientos de ecos rellenándome los huesos. No quiero que me invadan y sin embargo los busco compulsivamente: los busco para terminar este texto, porque quiero cerrar un capítulo (por fin cerrar algo) en mi vida
Quiero dejar de ser la mujer que tuvo un pasado oscuro, quiero ser la del futuro prometedor, la que sonría sin tener que esforzarse, que no está bien porque toma antidepresivos. Necesito saber, necesito tener garantías de que en algún momento voy a ser feliz con continuidad; que mis desvariaciones van a acabar en algún momento, en algún futuro cercano. Quiero dejar de ser inconstante y absurda y quiero por fin poder tomar una decisión que dure más de cinco minutos. Quiero ser fuerte. Quiero tantas cosas… y aquello es un signo de fortaleza, de crecimiento. Antes no quería nada, no quería, no. era la negación en persona, era la nada misma: nada de nada, nada de deseos, nada de nada. Solo la acuciante necesidad de dejar de existir, de ser nada.
En mi caso, no estoy sobrevolando las penas: estoy penetrándolas con fuerza (o ellas a mí, en todo caso), inspeccionando cada una de ellas, revisando los ecos archivados, recordándolos, escuchándolos una vez más. Cada eco desintegra algo de mi entereza, de aquella que supe construir estos años; cada línea de este texto, que pretendía fortalecerme, está haciendo más y más vulnerable a las haches, a los ataques desprevenidos del pasado.
No quiero perderme, por nada del mundo quiero volver a ser aquello que fui. No quiero tampoco renegar ni arrepentirme, simplemente ahora estoy (¿estoy?) en otra etapa de mi vida.

Al mismo tiempo estoy tan sola… tan rodeada de gente, de lugares comunes, de frases célebres y palmadas en el hombro que no me ayudan en nada. Tan sola me siento. Escribo en un rincón de mi casa, sola, durante horas. No quiero escuchar voces y sin embargo necesito escuchar pasos: eso me conscientiza.

2 comentarios:

juli dijo...

Floor no tengo mucho tiempo asique paso a agradecerte por el coment
estoy un poco colgada con el blog :/
un besito che

Lay ♥ dijo...

Si queres, podes !
No podes vivir del pasado, porque sino te vas a perder todo el presente y te vas a arrepentir cuando sea tarde u.u