Yo solo quiero ser feliz ¿es mucho pedir eso?

Siento que mi mente da una infinidad de vueltas sin sentido, siento que se detiene por un insignificante instante de tiempo y sin abrir los ojos ya puede decirme lo que ve. Mi mente vuela sin tener alas, ve sin tener ojos y puede viajar a lugares desconocidos en un pequeño puñado de tiempo. Mi mente y yo somos muy distintos, él es él y yo soy yo. Él es capaz de descubrir la magia, por más pequeña que sea, que encierra la vida. Él se divierte en la soledad, en la tristeza, en lágrimas, se divierte llorando, contemplando con o sin una sonrisa en el rostro cada amanecer que la vida le regala, se divierte incluso si alguien se burla de sus sueños porque sabe que aquellos que no tienen sueños no tienen nada. Todo es distinto dentro de mi. Mi mundo no es un infierno, claro que no, mi mundo es un paraíso, un bello paraíso donde existen sueños y mariposas de colores, un lugar donde puedo descansar sin temor a ser lastimado, un lugar donde no existe violencia, donde la maldad no tiene cabida. Esta claro que ni yo mismo sé de lo que estoy hablando, puede que mi mundo sea un paraíso, pero prefiero un infierno donde exista felicidad, prefiero un bello infierno donde pueda divertirme incluso llorando, un lugar donde mis lágrimas aprendan a reír. Yo no quiero un paraíso, no quiero colores, solo quiero ser feliz, quiero correr, saltar, llorar y gritar que verdaderamente yo soy feliz, muy feliz.